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  • Pre mbulo br L mites y cambios paradigm ticos br

    2018-10-30

    Preámbulo
    Límites y cambios paradigmáticos
    Conclusiones Como se ha examinado, las ideas que orientaron el desarrollo institucional y político de gran parte de los países han visto empequeñecer su antigua eficacia socio-política o generado dilemas imprevistos donde destaca el de la igualdad (Dahl, R., 1994; Ibarra, D., 2017). Hoy, es incierto el liderazgo futuro y la dirección de los cambios que se imprimieron al orden internacional. Y buy Z-YVAD-FMK escala nacional, lo es también la delimitación de los papeles de la democracia y de la economía, del mercado y del Estado, de la jurisdicción de las políticas nacionales y de las del orden internacional. Al propio tiempo, han quedado en entredicho las estrategias exportadoras, las fiscales o las de la conciliación social provista antes por los mercados de trabajo y los estados de bienestar. Quiérase o no ha llegado el momento de revisar ideas y creencias. No sólo los principales modelos reguladores de las economías y de las sociedades muestran vacíos, signos de inadecuación. Lo mismo ocurre en la renovación necesaria de otras muchas visiones envejecidas. Quizás un llamado de atención proviene de la reorientación de los bancos centrales de variados países industrializados (Japón, Unión Europea) que, de combatir a toda costa la inflación, procuran ahora alentarla en cierto grado y hasta combinar el monetarismo con una política fiscal más activa. Del mismo modo, el calentamiento global y la dependencia de combustibles fósiles, pronto tendrán que ser sustituidos por el desarrollo de energías limpias por más que ello conlleve altos costos sobre todo en los grandes países consumidores y en los petroleros. Asimismo, las principales instituciones del orden internacional parecen debilitadas en sus funciones y cometidos. Entre otros problemas, el anticuado sistema de votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le impide lograr consensos o lanzar iniciativas medulares sobre problemas críticos del mundo y ha debido reforzarse hasta cierto punto con los acuerdos del G20. La Organización Mundial del Comercio ha visto fracasar su última rueda de negociaciones sobre el intercambio de productos agrícolas y ahora enfrenta la proliferación de tendencias proteccionistas y cierta beligerancia en el manejo de los tipos de cambio. El Fondo Monetario Internacional no ha abordado la doble obligación de ajuste no sólo de los países deudores, sino de los acreedores, para prevenir y limpiar –como lo propuso Keynes hace años– desequilibrios comerciales insostenibles, singularmente cuando la economía norteamericana ha pasado de acreedora a white blood cell deudora. En el propio fmi y el Banco Mundial tampoco han otorgado la debida representación e influencia a las potencias emergentes (China, India, Brasil, etc.) y, de otro lado, establecen condicionalidades rigurosas, acaso ideologizadas, a sus préstamos con fines de desarrollo, de salvamento bancario o de corrección de las crisis de pagos. El déficit democrático de la Unión Europea no ha sido llenado dentro del esquema de la integración regional por más poder económico que se haya centrado en Bruselas o en el Banco Central Europeo. Europa padece los inconvenientes de una globalización, integración que ha erosionado tanto a sus estados benefactores como acentuado las diferencias económicas entre sus países miembros del Norte y del Sur. Aún no se admite sanear a economías extremadamente endeudadas con rebajas a sus pasivos internacionales, como lo atestiguan los repetidos salvamentos fracasados de la economía griega. A fin de cuentas, la unión económica, necesita del avance paralelo de la unión política, casi siempre resistida por las elites nacionales, cualesquiera que sean (Kotz, H., 2017). Hoy el neoliberalismo intenta predeterminar la evolución de las finanzas públicas y hasta las funciones gubernamentales a través de las reglas de la consolidación fiscal. En tanto prevalezca competencia tributaria, se excluyen o evitan las alzas de gravámenes. Más aún, toman cuerpo reformas reductoras de los impuestos a los contribuyentes de alto ingreso con la esperanza de alentar inversión y crecimiento. En esas circunstancias y frente a los usuales desajustes macroeconómicos, suelen hacerse recortes del lado del gasto a fin de satisfacer las exigencias del presupuesto equilibrado y de la contención de la deuda pública. Se justifican, entonces, políticas de austeridad que suelen dificultar el progreso económico y alimentar nuevos ciclos de astringencia gubernamental. Además, dado el crecimiento de las deudas públicas empujado por los rescates bancarios y las políticas contracíclicas a partir de 2008, se reconoció la existencia de riesgo crediticio de los pasivos incluso de los gobiernos. De ahí la preocupación sobre la sustentabilidad de la deuda en países pequeños o en desarrollo, preocupación que recogen prontamente los organismos financieros internacionales para respaldar las estrategias de austeridad fiscal.